Quién es quién en la escena del triple de Florencio Varela, según la declaración de una arrepentida

La declaración de Celeste Magalí González Guerrero (28) apareció en el expediente para ordenar la participación de los sospechosos en la escena del triple crimen de Florencio Varela. Hay nueve detenidos y la mujer, que confesó vender drogas para la Matías Agustín Ozorio (28), ubicó a otros cuatro sospechosos que ya estaban en la mira de la Justicia e intentó despegar a otros.
González Guerrero declaró este miércoles en la fiscalía especializada en Homicidios de La Matanza, frente a Adrián Arribas, a cargo del equipo que lleva adelante el expediente.
Puso a Víctor Sotacuro Lázaro (41) por encima de Tony Janzen Valverde Victoriano (20), más conocido como “Pequeño J”, y los ubicó dentro de la casa de la calle Chañar 702, en Villa Vatteone al momento de los asesinatos.
La joven, a su vez, intentó exculpar a Maximiliano Andrés Parra (18) y a su hermana Iara Daniela Ibarra (19), a quienes ubicó casualmente dentro de la propiedad el día del allanamiento.
Sotacuro Lázaro fue detenido en Villazón, en la frontera con La Quiaca, cuando intentaba escapar del país. Él se describió como “remisero” y dijo haber hecho un viaje para “Loco David”, identificado en la causa como David Gustavo Huamani Morales (36). Contó que lo llevó desde Florencio Varela hasta la villa 1-11-14 del Bajo Flores en su Volkswagen Fox la madrugada del 20 de septiembre. Había dicho que estaba “embarrado y mojado”, junto a otros dos hombres.
Sin embargo, González Guerrero cambió la escena y lo ubicó dentro de la casa. Lo señaló como “el jefe” de la operación, por encima de “Julio”, como conocían a “Pequeño J”, y como quien “daba las órdenes”. Dijo que lo vio bajar de la Chevrolet Tracker blanca y que le pagó mil dólares que después Pequeño J le sacó.
Siempre de acuerdo a su versión, que guarda alginas contradicciones, dijo que fue a él a quien una de las víctimas le había robado 30 kilos de cocaína, aunque no pudo precisar a quién, cómo, cuándo ni por qué.
De “Julio” (por Valverde Victoriano, preso en Lima), dijo que “solo manejaba 10 o 7 kilos de drogas”. Y apuntó a Ozorio como su “mulo”.
Sobre este último (también detenido el Lima y luego expulsado a Argentina) lo ubicó dentro de la casa y como quien le entregaba droga para revender en Florencio Varela. Dijo haberlo visto haciendo un pozo en el patio de la casa.
“Matías Ozorio me traía el producto (cocaína) entre 100 y 120 envoltorios que valían $10 mil cada uno“, confesó González Guerrero y agregó que “siempre la traía Matías o ‘Rulos’, llamado Kevin Valverde, que es el primo de Julio”.
También ubicó a Sotacuro Lázaro y a “Pequeño J” en la Chevrolet Tracker en la que trasladaron a Brenda Loreley del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Morena Gutiérrez (15) junto a un hombre sin identificar “de tez clara y pelo canoso”. Confirmó que las chicas llegaron “sonrientes” y “engañadas” al lugar.
A otro de los detenidos, Ariel Jeremías Alexis Giménez (29), lo señaló como el dueño del parlante que su novio, Miguel Ángel Villanueva Silva (25), fue a buscar para dejarlo en la casa donde se cometió el triple crimen.
Respecto de su novio, la declarante explicó que él estaba en la vivienda cuando ella llegó a las 4 del sábado 20 y que le abrió la puerta, tras lo cual, le confesó que acababa de matar a una de las chicas. Siempre de acuerdo a su versión de los hechos, dijo creer que se trataba de Lara.
“Vi todo sucio el piso, lleno de barro y veo a Pequeño J, Ozorio, Nero y Paco“, relató González Guerrero, quien relató que el tal “Nero” se llama José y es un joven de 18 años “que vendía con Miguel en Varela”.
Sobre “Paco” dijo que es un adolescente de 15 o 16 años que también vendía droga y que estaba haciendo “un pozo con Ozorio”, en el que -se presume- habrían enterrado a las chicas.
Y al “Loco David” o “El Tarta”, identificado este martes, también lo ubicó dentro de su casa, donde lo vio “con guantes”. Igual que a Manuel David Valverde Rodríguez, un tío paterno de “Pequeño J.”
Consultada sobre la transmisión del triple crimen, señaló que Miguel le contó: “Me dijo que estaban haciendo una videollamada con quienes le dicen “Papá” y “Lima”; este último sería el custodio de “Papá”. Le mostraban cómo las mataban —creo que fue a la primera—, y que “Papá” y “Lima” estaban en José C. Paz.”
Fuente: www.clarin.com